Pasado y presente
El arte ha acompañado a A.R. Grachenfels a lo largo de su vida. Ya desde muy joven, en un puesto de responsabilidad, diseñó espacios de trabajo y de convivencia de acuerdo con aspectos artísticos, llevando a las personas en contextos socioterapéuticos a sus propias ideas creativas con arcilla, madera, pintura y papel. Reconoció la importancia del arte para las personas con discapacidad en una etapa temprana y las animó en la búsqueda de su expresión artística personal (Art Brut).
Además del lápiz, la fotografía ha jugado un papel más importante para A.R. Grachenfels en los últimos años. Con un ojo alerta, ve su entorno, reconoce estructuras y relaciones que no son inmediatamente obvias. La imagen grabada digitalmente, también de los propios dibujos a mano analógicos, se entiende como un material comparable a la arcilla para una escultura o una raíz encontrada en el bosque, cuya forma dada puede ser reinterpretada. ¿Cómo se muestra el alma de la imagen, qué quiere contar? ¿Qué comentario es necesario? ¿Qué posibilidades se esconden? A veces, la búsqueda de diferentes enfoques en la imagen a través de intervenciones gráficas utilizando las texturas de la imagen conduce a resultados muy diferentes.
A medida que ARGrachenfels recoge muchas facetas divergentes de su entorno y piensa en el futuro, también hay una amplia gama en sus imágenes, desde fotos en el sentido más clásico hasta formas y colores completamente abstractos, desde el gris sombrío hasta los colores brillantes, desde lo claramente delineado hasta lo sombrío. Difuminado, desde lo poderosamente plano hasta lo finamente cincelado.
No es predecible ni importante si las estructuras básicas de la fotografía o el lápiz gráfico jugarán un papel más importante en el proceso creativo. El trabajo artístico sigue el diseño intuitivo en lugar de pensar / reflexionar sobre las imágenes que se dibujan. Desde 2016, A.R. Grachenfels ha presentado obras seleccionadas en espacios públicos y privados.

Imagen y visualización
Las imágenes se pueden describir objetivamente, pero lo que se describe no es lo que se muestra. Esto se encuentra detrás del exterior, dentro del espectador, en nuestro conocimiento, en nuestra experiencia. Esto es tanto más cierto cuanto menos representativo es un cuadro. En la búsqueda de lo reconocible, siempre encontramos algo que podamos vincular a nuestras experiencias.
Sin embargo, si confluyen cosas que pertenecen a contextos diferentes, si surge algo incompatible al mismo tiempo, se puede abrir una puerta a una perspectiva profunda de lo que es superficialmente descriptible. La observación externa de un cuadro es siempre introspección y puede convertirse en un diálogo entre el artista y el espectador.
Kirm